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¿Dónde se encuentra el Metro de la CDMX?
Para entender el mapa del Metro, primero hay que entender el monstruo fascinante donde vive: la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM). Como geógrafo, me gusta pensar en el Metro como el sistema circulatorio de este gigante. Su corazón geográfico y político se encuentra en plena Ciudad de México, aproximadamente en las coordenadas 19°25′57″N y 99°07′59″O, pero sus arterias se extienden hasta tocar varios municipios conurbados del Estado de México. El mapa del Metro 2024 es un reflejo fiel de cómo ha crecido la mancha urbana, una criatura viva que se expande sin parar.
Las fronteras de esta 'nación subterránea' no son ríos ni montañas, sino sus 195 estaciones. Las terminales son sus aduanas. Al norte, si llegas a Indios Verdes o a Ciudad Azteca, ya estás en la puerta del Estado de México, en Tlalnepantla o Ecatepec. Al sur, Tasqueña y Universidad son el fin del camino, conectándonos con el ajetreo de Coyoacán. Hacia el oriente, la legendaria terminal de Pantitlán, ese nudo de cuatro líneas, es el gran puente con Neza. Y al poniente, Observatorio y El Rosario nos abren paso hacia el oeste de la capital y Naucalpan. Cada día, millones de historias cruzan estas fronteras funcionales, en un ir y venir que define la vida de la metrópoli.
Lo que hace única a esta red es dónde está construida: en una cuenca a más de 2,240 metros de altura, rodeada de volcanes. ¡Una proeza! Siempre que viajo en él, pienso en el tremendo reto que fue trazar estas líneas sobre el lecho de un lago. El mapa muestra tramos subterráneos, otros a nivel de calle y algunos elevados, como valientes ciempiés de acero. Es una obra de ingeniería que se adaptó a una geología complicadísima. La red creció desde el Zócalo hacia afuera, como los anillos de un árbol. Por eso, la alcaldía Cuauhtémoc tiene más estaciones que ninguna otra. El Metro no solo se adaptó a la geografía, también la transformó, creando nuevos centros de trabajo, vivienda y comercio. Cada vez que miras ese mapa, no solo ves un sistema de transporte, ves el esqueleto que sostiene la vida de más de 21 millones de almas.

El Mapa del Metro y la División Territorial de la CDMX
El mapa del Metro 2024 es la mejor herramienta para entender cómo está organizada la Ciudad de México. La red es como una telaraña que atraviesa 11 de las 16 alcaldías y se desborda a cuatro municipios del Estado de México, conectando un rompecabezas urbano gigantesco. Como era de esperarse, el centro neurálgico, la alcaldía Cuauhtémoc, es la que más estaciones tiene, con 36. Es el corazón desde donde se bombea gente y actividad económica hacia todas las demás demarcaciones, como Benito Juárez, Miguel Hidalgo o Gustavo A. Madero. El mapa no miente: la ciudad sigue teniendo una estructura muy centralizada.
Lo más interesante es cómo cada estación se convierte en el corazón de su colonia. Para millones de chilangos, la estación de Metro más cercana es su punto de referencia principal. ¿Dónde nos vemos? 'En Metro Zapata'. ¿Dónde vives? 'Cerca de Metro Villa de Cortés'. Las estaciones no son solo paradas, son plazas públicas, mercados, puntos de encuentro que le dan identidad a los barrios. Para las alcaldías y los municipios mexiquenses como Neza o Ecatepec, el Metro lo es todo. La planeación urbana, dónde poner un hospital, un mercado o nuevas viviendas, gira en torno a la infraestructura que este mapa representa. El Metro dicta el ritmo y el uso del suelo.
Ahora, hablemos de gente. El territorio que cubre el mapa del Metro da servicio a más de 9.2 millones de habitantes en la CDMX y a una buena parte de los casi 12 millones que viven en los municipios vecinos del Edomex. Con más de 90 millones de pasajeros al mes, es una locura. Es el sistema de transporte más importante de todo México. Líneas como la 3 (la verde, de Indios Verdes a Universidad) o la 2 (la azul, de Cuatro Caminos a Tasqueña) son verdaderos ríos de gente. Son las rutas de las peregrinaciones diarias de miles de personas que van de sus casas en la periferia a la chamba o la escuela en el centro. Por eso digo que el mapa del Metro es un mapa demográfico en tiempo real. La falta de estaciones en alcaldías del sur como Milpa Alta o Xochimilco también nos habla de una desigualdad en la movilidad y en las oportunidades. La famosa Línea 12 fue un intento, con sus problemas y todo, de integrar a Tláhuac. Esto demuestra el poder que tiene el Metro para reconfigurar el tejido social y territorial de nuestra ciudad.
Geografía, Agua y Datos Clave del Metro
Para entender de verdad el Metro de la CDMX, primero hay que entender el suelo que pisa. O mejor dicho, el suelo sobre el que flota. La red está construida sobre lo que fue el Lago de Texcoco. Imaginen construir túneles y estaciones sobre un subsuelo que es básicamente arcilla húmeda, como una gelatina gigante que además tiembla seguido. ¡Qué bárbaro! La construcción, allá por los años 60, fue una cátedra de ingeniería mexicana. Tuvieron que inventar técnicas como el 'cajoneo', que es construir enormes cajas de concreto que se hunden solitas por su propio peso. Geólogos de la talla de Federico Mooser aprovecharon la construcción para estudiar las capas del subsuelo, usando los túneles como un libro abierto de la historia geológica del valle.
Y luego está el agua. Aunque desecamos los lagos, el agua sigue ahí abajo, aferrada al subsuelo. Mantener secos los túneles es una batalla diaria, con un sistema de bombeo y drenaje que trabaja sin descanso. Lo más poético es que la geografía perdida sobrevive en los nombres de las estaciones. 'Salto del Agua' nos recuerda una antigua fuente; 'Candelaria de los Patos', una zona de lagunas; y 'Pantitlán', que en náhuatl significa 'entre banderas', era un sumidero en el lago. Así que viajar en Metro es también un recorrido por la hidrografía fantasma de la antigua Tenochtitlan. A esto súmenle el clima, con sus lluvias torrenciales de mayo a octubre que obligan a bajar la velocidad de los trenes en los tramos de superficie por seguridad.
En números, el Metro es una bestia: 226 kilómetros de vías y 195 estaciones. Según el INEGI, casi 100 millones de personas lo usan en un mes. La estación con más gente es Pantitlán, ese monstruo donde se juntan cuatro líneas. La Línea 1, la rosa, la más viejita y ahora en plena renovación, es una de las más usadas. Estos números no son fríos, son el latido diario de la ciudad. Y con un costo de 5 pesitos, es el transporte que democratiza la ciudad, usado por estudiantes, oficinistas, comerciantes, por todos. Es un espacio donde, por un momento, todos somos iguales. Para quien quiera clavarse más en la geografía mexicana, les recomiendo el Mapa Digital de México del INEGI, es una joya. En resumen, el Metro, con su mapa y sus historias, es el alma de la CDMX, una entidad geográfica moldeada por una geología imposible y las estadísticas de una ciudad que nunca duerme.